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lunes, 18 de marzo de 2013

Software alternativo que encontraremos en Linux

Resto de entradas con intenciones didácticas en la etiqueta Aprendizaje.

Hace poco hablamos de las pegas que podíamos encontrar si abandonamos Windows por GNU/Linux. También de las ventajas, no lo olvidemos. El caso que que se hizo alusión a que el software que podemos encontrar para las distribuciones más populares es muy variado y numeroso, pero en casos concretos puede resultar parco e insuficiente. Es otra de esas cosas que conviene conocer, así que paso a listar las equivalencias más usuales, siendo que, como es habitual, luego puede investigar cada uno por su cuenta, algo que, asumámoslo, es inherente a todo usuario Linux.

Ofimática
Para los habituales de Microsoft Office tenemos LibreOffice, una suite ofimática derivada de OpenOffice. Trae consigo procesador de textos, gestor de hojas de cálculo, gestor de presentaciones, editor de gráficos vectoriales, gestor de bases de datos y editor de fórmulas matemáticas. Viene por defecto en Debian, Ubuntu, Fedora, openSUSE y Mageia. Puede cubrir las necesidades del usuario medio sin problemas.

Diseño gráfico vectorial
Los usuarios de Corel Draw o Illustrator tienen en InkScape la herramienta libre más popular.

Maquetación
Si lo que te va es la maquetación y manejas InDesign o QuarkXpress, la opción Linux más clara es Scribus. Tanto este como InkScape tal vez se quedan cortos a nivel profesional, pero es algo que habrá que asumir como contrapartida al hecho de ser gratis.

Tratamiento de imagen
Vale, de acuerdo, no existe rival para Photoshop. Lo más que encontraremos será Gimp, un software que nos permitirá jugar con nuestras fotografías hasta un grado de complejidad notable, pero mentiría si dijera que es un igual de Photoshop. Recientemente he descubierto Krita, un software que aún no he explorado mucho pero parece orientado a la ilustración desde cero.

CAD
Repetimos jugada: no existe equivalente en Linux para AutoCAD, MicroStation o Catia. No hay nada que se les asemeje a nivel profesional, y ya me duele porque toca de lleno mi sector. El software paradigmático de CAD en plataforma libre es QCad, un programa digno y sencillo pero que solo funciona en 2D. El más cercano a AutoCAD que he encontrado es DraftSight, pero tiene restricciones de uso en Linux y carece de 3D. BricsCad también tiene versión para Linux, pero al igual que Draftsight no es un producto gratuito si quieres disponer de todas sus prestaciones.

Diseño 3D
Nuevamente, el campo del diseño avanzado, esta vez en tres dimensiones, es el gran talón de Aquiles de Linux. Sin un 3ds Max, un SolidWorks o un Solid Edge nos tenemos que agarrar a Blender como mayor exponente en estas lides.

PDF
Las suites de ofimática ya ofrecen la posibilidad de guardar sus documentos en PDF desde una opción de menú. No obstante, también existen opciones para manipular (hasta cierto punto) documentos PDF ya creados como PDFEditor, Gscan2pdf o PDFmod.

Sincronizar ficheros
Para esa tarea tan a veces engorrosa de mantener actualizados nuestros ficheros en varios dispositivos FreeFileSync funciona de manera eficaz y sin complicaciones.

Gestión de libros electrónicos
Existe la versión Linux del popular Calibre. Quienes lo conozcan no necesitan mayor comentario.

Edición de vídeo
Hay a disposición del usuario muchas opciones, y según el nivel de complejidad que precisemos nos acercaremos en mayor o menor medida al Adobe Premiere. Avidemux es de los más populares, pero confieso que a mí nunca me ha funcionado correctamente. Cinelerra tiene fama de satisfacer a usuarios avanzados mientras que Kino apuesta más por la simplicidad.

Creación de CD y DVD
Existe mucho software para crear tus propios CDs y DVDs de forma similar a Nero, pero no todos funcionan, según mi experiencia, a plena satisfacción. DeVeDe es de los más populares y Brasero es el clásico por defecto que traen la mayoría de distribuciones.

Música
Para la reproducción y organización de tus archivos de música al estilo iTunes tenemos Banshee o RhyhtmBox. Como simple reproductor, aunque con algunas prestaciones más, tenemos AmarokAudacity puede además editar ficheros de audio.

Reproductores multimedia
El que mejor conozco es Kaffeine, que además ofrece soporte para TDT (Televisión Digital Terrestre).

Edición web
No será como Dreamweaver, pero es que tampoco puedo hablarles mucho de Kompozer ya que no lo he usado. Pero ahí está.

Navegadores web
Ya sea con Google Chrome, pasando por el ya clásico Mozilla Firefox o el "tapado" de siempre, Opera, el navegador web no supondrá un problema en Linux.

Clientes FTP
Si tiene un sitio web puede administrarlo con FileZilla, aunque supongo que no es el único.

Descargas por Internet
Para descargar torrents el cliente Transmission es una opción más que válida, aunque hay otros. En cuanto al intercambio P2P, la versión Linux del popularísimo eMule se llama aMule, y su funcionamiento es similar. Más especializado en música, el infatigable Soulseek se hace llamar Nicotine.

Comunicación
La versión libre de Skype funciona bien, pero quizá da más problemas a la hora de detectar configuraciones de audio y vídeo.

Redes sociales
El cliente Gwibber para Twitter, Facebook y otras es lo que más he utilizado, pero no ofrece nada que lo haga especial.

Almacenamiento en la nube
Para Ubuntu existe un servicio de alojamiento de archivos llamado Ubuntu One que se integra en el escritorio de Ubuntu y el navegador de archivos Nautilus. Dropbox tiene una versión para Linux que actúa de la misma forma.

Insisto, como es otras ocasiones esto que les ofrezco es una pequeña muestra. Para saber más les recomiendo este enlace de Wikibooks.

PD: si, pese a todo, tenemos la ultranecesidad de utilizar una aplicación Windows bajo Linux, siempre podremos instalar Wine en nuestra distro. ¿Qué es Wine? Por resumir, es un emulador que permite ejecutar programas Windows en sistemas UNIX. ¿Y por qué entonces, se preguntarán, hace falta todo esto que nos has contado si puedo utilizar software de Windows en Ubuntu o Fedora? Pues, en primer lugar, por la filosofía que mueve todo el proyecto GNU/Linux: la libertad de creación y distribución de software. Usar material privativo por sistema iría en contra de esta idiosincrasia. Y, en segundo, no cualquier software de Windows funciona correctamente bajo Wine. A mayor complejidad, mayor dificultad, o eso tengo entendido. Conozco a usuarios que no han podido moverse cómodamente con AutoCAD bajo Wine, quedando descontentos con el rendimiento obtenido. Es cuestión de probar, pero no olviden que, una de dos, o pagan ese software o tendrán que piratearlo, con todos los problemas que esto último conlleva.

Alternativas, alternativas... Todo es cuestión de elegir. The Cult titularon su último disco "Choice the weapon" (La elección del arma) siendo una de sus mejores canciones este "Lucifer".


lunes, 4 de marzo de 2013

Ventajas e inconvenientes de cambiar a Linux

Resto de entradas con intenciones didácticas en la etiqueta Aprendizaje.

Cuando uno se plantea dar el salto a GNU/Linux (en adelante, únicamente Linux) y abandonar la dictadura del software privativo enseguida surgen las dudas. Es lógico, el hábito hace mucho y prescindir de un sistema al que ya estamos acostumbrados por otro que cuando menos es una incógnita no es un paso que cualquiera esté dispuesto a dar. Hay que admitir que Windows es un sistema intuitivo y que no se tarda en aprender, aparte de que es relativamente sencillo conseguir copias piratas de casi cualquier aplicación. Un usuario medio lo tendrá difícil para decidirse, y lo menos que puedo hacer es explicar lo que uno gana y lo que pierde con el cambio.

En primer lugar vayamos con las ventajas, y la primera es obvia: el precio. No cuesta nada bajarse, instalar una distribución Linux y funcionar con ella en tu casa, en tu PYME o en tu universidad. Lo mismo digo de la multitud de aplicaciones existentes para toda clase de tareas, así como sus correspondientes actualizaciones y nuevas versiones. Todo a coste cero y sin apenas restricciones. No me digan que en la época de crisis que vivimos no sería todo un alivio para las pequeñas y medianas empresas soltar el lastre que supone el pago de licencias por el uso de software.

Vamos con más. Es un lugar común que los sistemas Linux no sufren ataques de virus porque, simplemente, no existen virus para Linux. Hay que decir que esto no es cierto (de hecho, por algo hay antivirus para Android). Claro que los hay, unos 300 según mis datos, pero al ser este un sistema aún poco implantado en los PC's a nivel mundial, si lo comparamos con Windows, la incidencia de estos virus es tirando a irrelevante. El carácter abierto del software libre también hace que los problemas que pueda generar un virus se solucionen mucho más rápidamente. A fin de cuentas, lo que un creador de virus informáticos quiere es relevancia, y eso se lo da Windows. En conclusión, las probabilidades de que un sistema Linux se infecte con un virus son tan escasas que apenas se tienen en cuenta.

Podemos mencionar también la sobreabundancia de aplicaciones de todo tipo, mantenidas por una numerosísima comunidad de usuarios a la que recurrir en caso de sufrir algún problema. Una mediana empresa podría funcionar perfectamente con el software de ofimática, de diseño o de contabilidad que se puede adquirir gratuitamente por ser usuario de Linux (aquí tienen un listado de alternativas libres al software más común de Windows). A eso le añadiremos que la estabilidad heredada de UNIX los convierte en sistemas bastante fiables, sin olvidar que la mayoría de distribuciones disponen de un entorno gráfico similar al de Windows para hacerlos igual de accesibles.

Y ahora, los inconvenientes.

Si usted es un usuario avanzado de, digamos, AutoCAD, no podrá encontrar un programa similar en Linux. Hay programas de CAD pero ninguno que llegue tan lejos como AutoCAD, MicroStation o Catia. Lo mismo podemos decir del conocido Photoshop o de software de diseño 3D avanzado como 3D Studio MAX o Solid Works. Repito, hablo de usuarios muy experimentados. Un usuario medio se puede contentar sin problemas con lo que puede encontrar tanto en los repositorios (sitios centralizados donde se almacena todo el software que uno se puede descargar) como en el resto de la red.

[Inciso] No quiero extenderme ahora sobre esto, pero existen modos y maneras para sobrellevar estas carencias. Una sería virtualizar Windows dentro de una distro Linux (ejecutarlo desde, por ejemplo, Ubuntu, como si fuese una aplicación más) usando VirtualBox y la otra utilizar Wine, un emulador de programas Windows, si bien no en todos los casos da resultados satisfactorios [Fin del inciso].

¿Más pegas? Sí. Aún son pocos los fabricantes de hardware que incluyen controladores para Linux en sus productos. Esto es algo que he sufrido en mis carnes ya que me fue imposible configurar mi anterior impresora para Ubuntu, y he tenido que sufrir para configurar el escáner o la tarjeta de TV. No es algo que vaya a ocurrir siempre, aviso. De hecho, quién no ha pasado por tragos similares en Windows, incluso con los drivers oficiales (ah, esos conflictos entre drivers y hardware...). Aunque es cierto que con el paso del tiempo estos problemas se van reduciendo llegando a resultar pasmosa la rapidez con que una máquina con Linux instalado reconoce todo o casi todo lo que tiene enchufado.

La última molestia que destacaría es que, a pesar de que las distribuciones Linux disponen, como ya he dicho, de entorno gráfico de ventanas, el máximo rendimiento se le saca mediante la introducción de órdenes por teclado. ¿Se acuerdan de la pantalla de MS-DOS? Pues a eso me refiero. Pero claro, uno se acostumbra a las ventanitas, los menús, los botones, los colorines... y quién quiere volver a aquel tostón antediluviano. Lo entiendo perfectamente, no se crean. Y más si les digo que hay decenas y decenas y decenas de órdenes y opciones para operar desde la Shell, que es como se llama la ventana de comandos. Es como reaprender informática desde cero. ¿Es imprescindible? Supongo que no, dependiendo de a que se vaya uno a dedicar. ¿Conveniente? Sin duda. A veces para solventar un problema solo se podrá disponer de la Shell, y hay que saber manejarse con ella.

Para terminar, solo añadiría que la apuesta por el software libre tiene mucho de compromiso moral. Si no le va a importar sufrir un poco porque considera que los principios en los que se basa el software libre merecen contar con su apoyo, entonces adelante. Si, por el contrario, lo que quiere es ahorrarse problemas, siga con Windows. Linux no es perfecto, pero es gratis, sin virus, con muchísimas aplicaciones y permanentemente actualizable. Si no quiere pagar por Windows y por cada uno de los programas que pueda necesitar, tendrá que recurrir a la piratería, con todo lo que conlleva el uso de software pirateado. Y ahí lo dejo.

¿Piensas que Linux no es para tí? "Not for you", tema del tercer disco de Pearl Jam.